"Mi Amigo Robot", dirigida por Pablo Berger en el año 2023, es una cautivadora película de animación que sumerge al espectador en la vida de Perro, un personaje que enfrenta la completa soledad y la monotonía de una existencia carente de felicidad. Su vida da un giro inesperado cuando un anuncio televisivo le presenta la solución a su soledad: un robot. Decidido a cambiar su destino, Perro adquiere el producto y, una vez ensamblado, comienza una serie de aventuras únicas junto a su nuevo compañero, experimentando una renovada sensación de felicidad.
No obstante, durante una excursión a la playa, la maquinaria de Robot se ve comprometida al quedarse sin aceite, dejándolo varado en la arena. A pesar de los esfuerzos de Perro por rescatarlo, sus intentos resultan infructuosos. Con el paso de los días y la playa cerrada, Perro se ve obligado a continuar con su vida, aunque no puede dejar de pensar en su amigo mecánico. Mientras tanto, Robot, abandonado en la costa, entabla nuevas relaciones con distintas personas, hasta que, finalmente, es rescatado y restaurado por un Mapache.
La película se desarrolla con una sensibilidad notable, destacando la importancia de las acciones sobre las palabras, ya que carece por completo de diálogos. A pesar de tratarse de una producción animada, la narrativa se distingue por su naturalismo, presentando personajes que, en su mayoría, son animales u objetos sin voz en la vida real. Esta elección narrativa permite que el filme se concentre en la expresión a través de las acciones, transmitiendo eficazmente las emociones y los conflictos de los personajes.
Berger logra explorar temas profundos sobre la naturaleza humana, especialmente en lo que respecta a la dependencia emocional y el proceso de superación personal. La película examina cómo las relaciones afectivas pueden influir en nuestras vidas y cómo, a veces, es necesario dejar ir para avanzar. Este mensaje resuena con la audiencia contemporánea, que a menudo se enfrenta a la idea de la dependencia emocional y el miedo a la soledad.
Visualmente, la película se caracteriza por una animación sutil y un diseño de personajes que, aunque carece de texturas elaboradas, es creativo y distintivo. Los colores, que van desde tonos cálidos hasta fríos, reflejan la naturalidad de la luz y se integran de manera cohesiva en la narrativa visual.
En resumen, "Mi Amigo Robot" es una película que desafía las convenciones del cine comercial al prescindir de diálogos, apostando por una narrativa basada en las acciones. A través de una historia conmovedora y reflexiva, Berger nos invita a cuestionar nuestras relaciones y a reflexionar sobre el proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal.